sábado, 2 de julio de 2022

Una guerra entre dos mundos

 VERDADES SUFICIENTES Y NECESARIAS (II)

(Una guerra entre dos mundos)

De acuerdo con todo lo visto, podríamos pensar que no tenemos solución, esto es, que si todo son planes conjuntos de unas familias nuestro destino está escrito en esa dirección indefectiblemente, y que no tenemos vía de escape. Es difícil aceptar, no obstante, que todo esté tan homogeneizado y que no exista una fisura, una resistencia real y una ventana a la esperanza. “El apocalipsis” es en realidad el relato o aceptación de esa resistencia y de esa lucha, “La guerra de las galaxias”, también. Sólo vivimos episodios de esa guerra global, la guerra de Ucrania es uno más en este contexto, ya sea el de “La amenaza fantasma” o del “El imperio contraataca”. En estos casos como aquí en la realidad que vivimos, el hecho de que no exista un dominador final del mundo hace pensar que existen resistencias reales que lo impiden, que todo no es tan fácil, que todavía no ha vencido, que no están doblegados todos los demás poderes del mismo, que todos no están bajo el orden piramidal.

Además de esto, la cuestión es que aunque podemos dudar de casi todo, hay cuatro hechos sobre los que difícilmente podemos dudar, que, en efecto, están de nuestra parte, y que son los que verdaderamente han podido conformar esa resistencia y una posibilidad real de oposición a lo largo de la Historia. 

Primero. Hay una parte importante de la población americana que no olvida que le birlaron su Constitución, y con ella una serie de derechos fundamentales. Esto implica también lo concerniente al asesinato de JFK y todo el trabajo de desmantelamiento (de las agencias de inteligencia corruptas) promovido por él mismo a través de los militares y una contra-inteligencia que, de acuerdo con la literatura que ampara este planteamiento, es la que actualmente es conocida como Q (conformado por 6 agencias), liderado por los llamados “sombreros blancos”, de entre los que Trump es su cabeza visible a pesar de tener una biografía oscura y cuestionable que le relaciona incluso con la nobleza negra (lo que hace pensar que es sólo una pieza útil, un obligado hombre de paja). Por si esto fuera poco, el satanismo (que en los últimos tiempos anda desatado) tiene en EEUU uno de sus epicentros a manos de las élites globalistas (cabal), que entra en clara confrontación con el cristianismo más fervoroso y tradicional (sin complejos, podríamos decir), de tal modo que existe una expresión de ese poder piramidal que es una expresión del mal y, de otro lado, un fervor cristiano que lo padece allí en primera persona, y que reza.

Segundo. Hay una serie de familias rusas de la aristocracia zarista que no olvidan que fueron pasadas a cuchillo, ultrajadas y expoliadas. Expoliadas y ultrajadas por unas familias que anteriormente se sintieron ultrajadas por los zares rusos, y de ahí la revolución Bolchevique y, ya en la actualidad como segundo acto de ese resarcimiento, el intento de acorralar internacionalmente a Putin (castigar a Rusia), quien según parece, como valedor de estas familias y toda la tradición, ha sido capaz de neutralizar las acciones de esa segunda oleada originadas en la propia Rusia.

Esto nos lleva a la reflexión y a la comprensión de que determinadas limitaciones de la libertad no están encaminadas netamente a su aparente objeto sino al de limitar el asentamiento (ideológico) de los promotores u obstaculizar un cambio de paradigma beneficioso para el enemigo (dado que estemas en guerra global de ideas o modelos): esos que tratan de romper la idea de patria a través de los nacionalismos, y la idea de familia a través de la ideología de género, para penetrar y dejar desguarecidas las defensas o elementos de cohesión social, esos que tratan de romper la identidad y de quebrar la dignidad, creando una identidad y dignidad estandarizada, globalista o snob (que como sabemos, quiere decir “sin nobleza”), esos que llevan décadas adulterando nuestra propia esencia: eso es el globalismo.

En este caso, y de acuerdo con la neutralización de dichas oleadas, podríamos decir que Rusia está en una fase posterior, respecto de ese intento de desasirse del poder (el de la Mafia Jázara) que se instaló allí en la revolución Bolchevique, a la que está EEUU respecto a ese mismos poder instalado allí a mano de los banqueros y las corporaciones (la Mafia Jázara también), siendo por esto por lo que supuestamente existen un entendimiento entre los “sombreros blancos” de todas las partes, esto es, entre el propio gobierno ruso (que se ha declarado antiglobalista) y los que tienen esta consideración en la sombra, tanto en oriente como en occidente.

Tercero. Hay una serie de familias imperiales chinas que no olvida que le birlaron una cantidad importante de oro, muy interesadas no sólo en recuperar ese oro (sobre el firmaron unos bonos que vencían el famoso 11-S), sino en dar un castigo a aquéllos que no cumplieron con lo prometido (en oriente son muy suyos para esto). Unas familias que fueron ultrajadas y obligadas al exilio por el comunismo que es la fórmula (la ideológica) que, en definitiva, ha utilizado la Mafia aquí, en Rusia, y durante los últimos 40 años en el resto del mundo (incluido EEUU) para introducirse y romper desde dentro los Estados (eso es el estado profundo o deep state) y los sistemas de creencias (con el concurso de la propia iglesia) y de cohesión.

Cuarto. Además de esto, vemos que frente a la Iglesia apóstata del vaticano está la ortodoxa rusa (además de muchos religiosos católicos) evidenciando una clara confrontación de ideales (los subvertidos y los que no), esto es, evidenciando que incluso por encima del análisis llevado a cabo al respecto de los modelos sociales (Agenda 2030/Nesara) existe una batalla en ciernes irresoluble. Y todo ello porque a pesar de que estos modelos sean ahora indistinguibles (o puedan confluir), lo que no resulta indistinguible es la división entre el bien y el mal que hay detrás de ellos (o la motivación claramente perversa de los que abiertamente se pronuncian) y la diferente naturaleza de las conciencias que representan o conforman su expresiones finales. No importa lo que ahora pretenda cada uno, esto es sólo una ventana de oportunidad, importará lo que pretendamos al final del camino, lo que vaya quedando después del humo: puede ser que lo único claro que podamos llegar a ver de este ciclo de confusión sea la voluntad de las personas, algunas de las cuales incluso han perdido ya la vida.


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